Truffaut firma con este precioso canto a la cotidaneidad una de sus mejores películas.
Cartel de la película
Besos robados
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Título original | Baisers volés |
Nacionalidad | Francia |
Año | 1968 |
Género | Drama |
Formato | Color |
Duración | 87 |
Director | François Truffaut |
Guión | François Truffaut |
Fotografía | Denys Clerval |
Música | Antoine Duhamel |
Reparto | Jean-Pierre Léaud, Claude Jade, Daniel Ceccaldi, Claire Duhamel, Delphine Seyrig, Michael Lonsdale, Serge Rousseau, Harry-Max, André Falcon, Catherine Lutz, Paul Pavel, Martine Ferrière, François Darbon, Jacques Rispal, Jacques Delord, |
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Sinopsis | Tras cumplir el servicio militar Antoine Doinel comienza a trabajar en una agencia de detectives. Investigando un caso en una zapatería, se enamora de la esposa del dueño.
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Crítica | Puntuación del crítico: 10 | Se trata de la tercera aparición del personaje (Alter-ego de Truffaut) Antoine Doinel. Su primera aparición es en "Los cuatrocientos golpes", un amargo drama sobre la infancia de un niño al que nadie comprende y la segunda fue un cortometraje, "Antoine y Collete", bella historia de amor adolescente. Sin seguir la misma línea de sus predecesoras, alejándose del dramatismo amargo, Truffaut dibuja este retazo de la vida de Doinel con grandes toques cómicos, lo que la convierte en toda una comedia dramática. El actor que interpreta a Doinel vuelve a ser Jean-Pierre Leaud, aquel memorable niño de " Los cuatrocientos golpes " que ahora ya tiene 20 años. Su interpretación sigue siendo muy buena, dota a su personaje de una singularidad que con otro actor no podría haber sido (¿Y cómo no, si ya era su tercera película interpretando al mismo personaje?). El film es melancólico, nostálgico, con aire cotidiano, lleno de escenas que podemos juzgar en una primera instancia banales e innecesarias, que sin embargo conforman con la totalidad del film un canto a la belleza de lo cotidiano. Truffaut se centra, sobre todo, en las historias de amor de Doinel. Y es verdaderamente difícil de explicar para mi, hombre de tercas palabras, la belleza y forma de éste amor. Un amor sin frases artificiososas... primero surge la admiración por la patrona de la zapatería que él ha de investigar, que los dos transforman, de pronto, en una historia de Balzac que ambos adoran.
Y después, casi al final... aquella escena en la que es posible una declaración de amor sólo con un abrebotellas y con un montón de papelitos en los que los amantes se escriben cosas que el espectador no podrá ver. Realmente, son escenas que te dejan sin palabras. Un canto precioso, uno de los mejores en la historia del cine a lo cotidiano... . También me parece inolvidable aquel beso en el sótano.
En fin, me tiraría horas hablando de la película, pero prefiero simplemente decir que es un film bellísimo, una obra maestra, dirigido y escrito, además, con mano maestra, lleno también de buen humor (varias diálgos son desternillantes, y hay escenas muy graciosas). Una inolvidable gran obra, de belleza singular e inimitable.
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Waster | |
Ficha de Película enviada por Waster el 9 de Agosto de 2004 |
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